Thursday, November 17, 2005

Ella se dio cuenta

Ella se dio cuenta de que lingüísticamente ya pasó a segundo término, que ya lo tangible en su escritura, sólo se limita a las noches de sexo y las mañanas de desayuno grasoso, odiado por él, que medio prueba forzado por los reductos de su amor.
Qué cuando la pasión se esfuerza por regresar a la cama, al sillón, al café de doña Mago, no queda de otra que atravesar el océano a través de un mail con un beso de calamar gigante que  ella le inventó sólo para él.
Pero que él se lo ha apropiado, de tal manera que el mundo piensa que es invento de él. Al fin y al cabo  el genio es él. Ella ni siquiera lo intenta es tan mala cocinera  como es tan mala intelectual. Además ella no tiene un cuarto propio como Virginia Wolf, no podrá escribir  jamás más allá de los 4500 caracteres que su periódico le exige por un pago quincenal.
La defensa de las creencias amorosas  ya no es tan sólida como las defensas de Domenico Scandella mejor conocido como Menoccio en sus actos de fe cristiana, el “queso y los gusanos” para ellos dejó de ser una conjunción histórica, ya son sólo simples objetos semióticos.
Husserl con su fenomenología se sentiría decepcionado, que más da ¿No fue el mismísimo Martin Heidegger quien abandonó y le rompió la madre a su judía mujer en tiempos del nazismo. “La casa de campo” ha dejado de  ser el pretexto amoroso en el que encarnizada y pasionalmente discutían sobre filosofía en la cama, desnudos como sólo ellos. Mientras que el mundo permanecía inmóvil y envidioso ante las extrañas muestras de amor contingente transformándose en platónico.
Ella no se ha vuelto a ver desnuda frente al espejo con sus lentes puestos, mientras él le besaba los pezones y la llevaba a la cama, para hacerle el amor,
Ella le pregunta a su pasado cercano, por qué han olvidado los  besos de mano, por qué por más que revisa cada letra minuciosamente de su blog o de sus poemas ella simplemente ya no  está. Ella ya no forma parte de las historias de él, se ha dado cuenta que David Coperfield se robó la magia de su historia de amor, que estos dos que se volvían uno han caído en la monotonía del amor.

¿Acaso ya son una más de las parejas convencionales, que viven bajo la bendición de la sociedad del priismo poblano?
Entre el amor y el sexo, ellos sí veían la diferencia y preferían entregarse al amor que al sexo, lo otro eran simplente juegos embarrados de melcocha, el péndulo de las pasiones ha dejado de moverse, ha fracasado el existencialismo de Milan Kundera, que las pasiones de Tomás, Teresa y Sabina nada más quedaron plasmadas en el imaginario de Praga, ese Praga legendaria que ella tanto ama y que no pudo conocer porque la asaltaron en Paris.
Hoy únicamente la ontología de la unión sexual, los hace creer que aún hay amor para contar, para retar, y para entregar.
Los meses han pasado, ya no hay interés ni para pelear por el juego de star wars que los tenía idiotizados por días a ambos.
Ya no hay nada que envidiar….
Bb where are u?

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