Llorar es misión imposible

Llorar más que una práctica de emociones  es una práctica de expiaciones. Hoy desperté sonriente feliz, aunque extraño  mis lágrimas de cocodrilo, me di  cuenta de que ya no he llorado  tanto  y sin embargo, siento que  algo me hace falta.

Ayer en la noche  me encontré a Charo en el Messenger, la verdad me puse eufórica. Tan pronto como vi el plástico azul en mi pantalla  le hablé o escribí, no sé como definirlo  estas imprecisiones ontológicas del lenguaje me asustan, en fin.
Me contestó con la misma  euforia  y carajo  casi lloramos  vía  virtual porque las cosas han cambiado, el tiempo pasa y ya no es lo mismo. “Las extraño” me dijo era de suponerse  ya no nos vemos  con Sandra  y Bere. Medio   vi a Chela  sólo la saludé, pero junto  con Anabell y Argelia  ellas son mis  mejores amigas y las  extraño.
Volviendo  a Charo  me dijo que trabajaba en medio de la nada, en Niños Héroes municipio de no sé que a media selva  entre las colindancias de Chiapas, Veracruz y Oaxaca,  espero poder  ver pronto a la Charo. Sé  que las cosas sin mis  amigas ya no son igual…..
Bye  Charo