en medio de la nada

En medio de la nada me revuelco, tomo la carpeta azul que contiene la historia de la Katia y releo pedazos de su infancia como si con ello interara revivir su niñez, por lo menos recomponerla, y en el trance desperdigar la mìa.

Te he mirado ùltimamente con ojos extraños, como buscando cosas nuevas en tì, escrutadora y criticona como soy, encuentro rasgos nuevos que me agradan.
mientras tanto voy en el taxi rumbo a casa aguayo para encontrarme con ustedes, pronto tomamos camino a Còrdoba, soy la extraña que los acompaña en su ruta con el destino, en la cita con sus padres, al reencuentro de su pasado, de sus recuerdos de sus montañas y de sus emociones.

Alejandro piensa en los pasos que nos antecedieron, me pide la càmara y se para a media curva para que relea con calma el epitafio del trailero que se partiò la madre en su ruta hacia el vacìo. No recuero muy bien que dice; pero sus cuates lo recuerdan entre dormido por el sueño y dormido por el pericazo. un trailercito acompaña el epitafio de Edgar, que de dos viajes para acà me suena familiar.

Miro al vacìo imaginando como serìa mi suerte si un mal volantazo nos mandarà a dormir a las cumbres; no, no; me niego, no es mi momento faltan muchos sueños por compartir con sianya y gael, pero recuerdo el hilo tan delgado, tan frágil entre la vida y la muerte.

Los àrboles me reconfortan me siento inmensamente feliz, miro sus rostros y pienso que soy la ùnica que tiene la disposiciòn y el ánimo de decir idioteces para romper con la tensiòn, la carretera se vuelve el camino del mago de Oz, como un imàn nos jala continuamos con el trayecto, tanta naturaleza tanto espacio abierto me atemoriza, prefiero el bullicio de la ciudad, aunque de inmediato me consume el deseo de pasar por el paraje a media madrugada, creo es enimgmàtico.

Tengo sueño sueño, estoy cansada, quiero regresar, tanta tranquilidad me agota. Prefiero dormir o soñar o creer que aùn sigo viva.