el pecado capital

La vida es como un rollito de papel, le jalas y le jalas  hasta que se rompe, aunque queda otro trozo para continuar, para iniciar  de nuevo; el asunto es iniciar correctamente.
Me ametrallaron tus palabras,  tus  reclamos,  yo en silencio escuchaba, algo extraño pasaba, tus reclamos amorosos era más mortales, más dolorosos que cualquier tortura.

Fulminantes  tus reclamos me atormentaban  había  cometido el pecado capital, compartir el pan  y la sal con quien no  debía.  –Tú necesitas reconocimiento-  me dijiste ….