Wednesday, November 15, 2006

limpiando

Desde hace días entre que vamos, hacemos y deshacemos, nos dimos a la tarea de arreglar la casa, y cosas que había dejado abandonadas por completo, el ritual inició con sacar todo lo que no sirva de la casa, fue difícil pues nadie quiso separarse de sus cachivaches viejos pero con valor sentimental, lo chistoso es que ahora ya hasta queremos pintar el departamento, chale ora que casi ni estoy en él.
Llevamos a la casa nueva toneladas de libros, revistas, juguetes etc.
regalamos la cuna, estamos por sacar ropa y zapatos, para mi es como una terapia pero me hizo recordar que me falta limpiar algunas cosas tal y como Ale dice.
lo único malo es que Mario quiere cocina integral, regadera nueva, y vajilla (para los huevos estrellados de cada mañana); poner mantelitos a la mesa, cambiar el color de los cojines, cambiar de edredones, (el Arturo ni tiende su cama, cambiar el piso, comprar ropa nueva, alguien que le de un sedante o droga por favor; prozac de ser posible.

la llegada de los treinta

Un resabio de naturaleza treintañera lo encontré en el blog de Machuca quien a su vez lo obtuvo de Chelius, la verdad yo aún no llego a los treinta pero ya merito y como diría Kabah "la vida que viene y yo me voy" el tiempo corre y estoy por llegar a la segunda parte de mi vida comiendo el mismo sabor de helado, sin treparme en una bicicleta desde hace años mil y he tirado lágrimas otras mil.
Sí lo acepto he besado muchas bocas he roto y me han roto el corazón, con las llantas frontales (panzales) que no son de Nissan que me ponen al descubierto la edad, las muelas del juicio que no molestan pero han llegado, sigo siendo poor pero con un ingo de cuates, y a diferencia del texto no me arrepentirè de haber usado ropa a la moda, maquillajes, flecos y greñas inn en eso soy muy conservadora, tenis mezclilla y ya.
La verdad el chistecito de Cheluis y Machuca me llevó a pensar en que a mis casi treinta (por lo menos no en este año)he hecho casi todo lo que he soñado:
::sembré un árbol; un limón junto con mi mamá que nos da limoncitos cuando estamos de visita en Huauchinango, mi ma lo ha querido tirar un buen de veces pero con aquéllo de que tiene elementos sentimentales como la llegada de su primer nieto se niega a tirarlo y yo igual.
::tuve un gran perro pekinés, Dandy que me ha amado como ningún otro ser viviente del sexo masculino en este mundo, una vez mi hermana mayor me obligó a subir al microbus y dejar al perro en el mercado yo tenía once años ella un año más, déjamos el centro de Huauchingango con rumbo al Potro llegamos a la casa de mi abuelita yo frustrada y llorando le conté todo, todo, todito, al ver a la nieta consentida llorando mi abuela mandó un séquito de familia a regresar por el perro, mi tía mis primos y yo...
justo cuando ya ibamos caminando al centro mi perro, mi Dandy corría de regreso a la Casa en una bajada cerca de la secundaria, me vio, lo vi y como en escena de Candy Candy,coorí y me tiré de rodillas al piso lo abracé me lanzó lengüetazos en la cara como si la separación hubiera sido de días, fue el momento más emotivo de mi vida a mis once años.
No supe cuando murió dos años más tarde mi tía y mis primas primeras dueñas regresaron por él porque ya era muy viejo, su destino fue Acapulco alli lo llevaron a morir. "Mi más triste recuerdo de Acapulco"
::Pude llegar a la edad de la buena memoria justo en el momento indicado, era una octañera o nonañera cuando Timbiriche puso de moda "Ámame hasta con los dientes"
muérdeme un labio ámame... pero ámame ámame..

::No he publicado un libro, pero sí he escrito cosillas y gané un premio por mi gorda tesis de 500 páginas. No sólo tengo un título tengo dos... escribí algunos cuentos alguna vez. No me olvido de este blog. como frutas y verduras, no soy estriñida.
::Conocí Europa, Africa y un poco más...
::Tengo una familia bien chida, que rompe y corrompe el standar de la familia tradicional, he tenido risas y lágrimas que saben bien, terminé una maestría y chance y siga un doctorado, me he acercado a alimañas y me he retirado de otras tantas, bailo muy bien, cocino peor.
Aprendí a manejar, no soy alcoholica y sí gracias a Dios sé muy bien lo que es un orgasmo.

Hay les va el resabio treintañero

Efectos secundarios de la llegada de los treinta
En el fondo, no hay nada que hacer. Siempre tendrás dieciocho, porque eres joven sólo una vez, pero inmaduro para siempre.

No hay instrucciones para cumplir treinta. Pero si las hubiera, serían estas:

- Haz una lista de todo lo que no te gusta de ti y luego tírala. Eres el que eres. Y después de todo, no es tan malo como te imaginas un domingo de cruda.

- Tira el equipaje de sobra. El viaje es largo, cargar no te deja mirar hacia delante. Y además jode la espalda.

- No sigas modas. En diez años te vas a morir de vergüenza de haberte puesto eso, de todas maneras.

- Besa a tantos como puedas. Deja que te rompan el corazón. Enamórate, date en la madre, y vuelve a levantarte. Quizás hay un amor verdadero. Quizás no. Pero mientras lo encuentras, lo bailado ni quién te lo quita.

- Come frutas y verduras. Neta, vete acostumbrando a que no vas a poder tragar garnachas toda la vida.

- Equivócate. Cambia. Intenta. Falla. Reinvéntate. Manda todo al carajo y empieza de nuevo cada vez que sea necesario. De veras, no pasa nada. Sobre todo si no haces nada.

- Prueba otros sabores de helado. Otras cervezas, otras pastas de dientes.

- Arranca el coche un día, y no pares hasta que se acabe la gasolina.

- Empieza un grupo de rock. Toma clases de baile. Aprende italiano. Invéntate otro nombre. Usa una bicicleta.

- Perdona. Olvida. Deja ir.

- Decide quién es imprescindible. Mientras más grande eres más difícil es hacer amigos de verdad, y más necesitas quien sepa quién eres realmente sin que tengas que explicárselo. Esos son los amigos. Cuídalos y mantenlos cerca.

- Aprende que no vas a aprender nada. Pero no hay examen final en esta escuela. Ni calificaciones, ni graduación, ni reunión de exalumnos, gracias a Dios. Felices treinta, viejo. Bienvenido al resto de tu vida