Monday, February 13, 2006

un tipo no tan raro

Su aspecto sombrío pero a la vez estridente  siempre me había llamado la atención,  habían pasado casi  diez años desde la  primera vez que lo vi. Sólo  había cruzado un par de palabras con él en diez años. Pero a leguas se notaba  que no era de  mi agrado.  Recuerdo  que las primeras veces que lo veía por la mañana  salía en  un short extremadamente  ajustado y llamativo. Su corpulencia lejos de verse atractiva se deslizaba en la vulgaridad. Mientras yo trabajaba en la imprenta atendiendo a la clientela me asomaba a la calle para ver como iba y venía todo el día, me preguntaba en que  trabajaba  porque no usaba el día en un lugar cerrado  o comerciando cualquier  cosa, ¿en que empleo de esta mocha  y conservadora ciudad  cabría  con ese atuendo y con tanto  tiempo libre? ¿ Qué come, cómo gana  dinero, qué diablos hace? ese tipo que siempre  está  tomando  un café, leyendo  un  cuadernucho de poesía o merodeando  por las calles sin familia.  ¿Quién era ese  hombre tan misterioso, será  oreja de gobernación, será  un narcomenudista? No lo sé, lo que sí descubrí hoy por la mañana  es que  no está  tan solo como pensé.  Cruzó la calle del portal  rumbo al  italian  pavoneándose con  una corbata  de arcoiris que le llenaba  el orgullo  hasta las ideas.  Sé que no está  solo, pero de cualquier modo, ¿ cómo se sostiene?

Saturday, February 11, 2006

De la frustración y otros demonios

el gran desafío en esta vida no tiene que ver con pasar advertido o inadvertido es más bien entre frustrarse y no frustrarse

en lo alto del cempoala

Odiaba caminar solo por la montaña, cada mañana tenía que repetir el rito de levantarse a las cinco de la mañana, tomar un café negro que ya Felipa le había preparado, tomar su azadón y su machete, caminar por los helados pastos que nacían al pie de la vereda.
Enlodando los huaraches y con un frío que le calaba hasta los huesos buscaba subir siempre ´lo más alto posible para llegar a los acantilados, donde seguramente podría encontrar un pequeño venado para comerciar en la plaza del sábado.

Nunca pensó que esa mañana de febrero las cosas serían diferentes.
En el camino descubrió a su vieja vecina caminando hacia lo alto de la montaña del cempoala. Espabilado después del susto decidió seguirla, después de horas de andanza descubrió una casa de madera con tantas rendijas que los helados vientos se colaban con gracia. Pretendía espiar lo que allí sucedía hasta que fue descubierto por un fornido hombre como pocos de los que había en la sierra...

Felipa sigue esperando su llegada, la vereda se ha perdido y el pasto ha crecido tan alto que sus huellas se han borrado... José han pasado tantos años y tú cazando en lo alto de la montaña que ya no quedan venados en lo alto de la montaña y aqui las cosas han cambiado pero, cuando piensas volver.

Friday, February 10, 2006

Los pasos de los años

A veces me gustaría ser un payasito, esconder el rostro y la tristeza detrás de un disfraz de risa. Mentir con el alma y con la sonrisa, dejar escapar halos misteriosos a través de la mirada.

Hace unos días recordé después de mucho tiempo mis días en la prepa y de mi infancia, en realialidad fue porque visité a Orlando que fue compañero de juegos de Yaz y mío, él fue fiel solidario de nuestras aventuras y desventuras, un hermano para mi apoyo en mi trance de tesis de historia de 500 páginas. Recordé nuestro padre árbol y como vivíamos trepados en un gigantesco árbol de como cinco metros de altura, eramos buenos trepadores y ladrones de frutas de los terrenos de la tía Esther. Recordamos tantas cosas y nos sacabamos los trapitos al sol de tal suerte que los rostros presentes parecían explotar a carcajadas, pero de entre todas las cosas que me hizo recodar es que a pesar de las adversidades un niño siempre tiene la magia de ser feliz.

-Quiero ser niño otra vez, nunca hubieramos crecido
-Igual yo, cuando creces te das cuenta de la mierda que te rodea
-Somos melancólicos, cada que nos vemos nos la pasamos recordando, como si fueramos viejos...


Se sentó al pie de la escalera de la entrada del metro zapata, después de media hora en el chedraui tratando de elegir entre gatorade o powerade, siempre fue así tan exquisito, no niego que eso encantaba, habían pasado toda la mañana en Coyoacán ente libros, café, alteridades y cosas alternativas, la noche cayó y mientras esperaban al intruso del corazón de ella, deciedieron merodear el edificio del periòdico Reforma.

Ella sólo pensó mi diario a de ser del tamaño de los baños de Reforma, unos pasos más y se sentaron como buscando entre la oscuridad un minuto para platicar lo que el silencio ya les había secreteado.
-Después de Raúl, muchas cosas han cambiado...
-Todo ha cambiado...

Lo bueno es que entre nosotros siguen los pasos firmes...Hasta que nuestros pies dejen de andar...

Fue un momento para recordar también a Víctor Mejìa un gran creador serrano, un treatrero especial que se llevó consigo la belleza de Huachi a la tumba....
Los asesinatos te arrancan un pedazo de alma

en la privacidad de la multitud

La creación del mundo en seis días o la evolución del hombre desde el hommo habilis pasando por el neardental, el cro magnon hasta el sapiens sapiens, las dos igual de deprimentes, de ser sacada de una costilla o de evolucionar y acicarlar las pulgas del grueso pelaje.

De ser la eterna culpable del pecado original o de tener cabeza de Roxana Banana. En un mundo de depresiones y posdepresiones econòmicas, lingüísticas y emocionales. de levantarse de la cama en un erróneo fast track, de sentir el corazón completamente empty aunque eso se convierta en un oximoron amelcochado.

De soñarse cada noche en su escuela primaria, como repetición de novela de televisa, de llenar las deseperanzas con esperanzas, ya poco habìa que hacer. Se había convertido en una reina de los éxitos a medias, eso sin duda era peor que el fracaso, peor que el amor por compasión, peor que el asesinato de Lady D.

Buscar una nueva vida...
Vivir a través de otros, envejecer o sentirse Shakira en el video de la tortura.

Sólo piensa en escribir un poco en la privacidad del ciber atascado de gente, donde nadie merodea sus palabras, sus gestos su hurgar como niño en su nariz. Dejó de soñar, involuciona en ama de casa, en maestra mediocre en amiga de juegos de canasta, en lectora asidua de libros de Mario Vargas, se revuelca en sus deseos en las letras negras que Pantaleòn, que Don Rigoberto, que Marito o hasta la guera del fin del mundo le dan, y es que eso era, el pútrido fin del mundo... por lo menos el de ella.